12/3/10

EN MEMORIA

Ya no están.
Me niego a nombrarlos.
Como esa caja que no puedes arrojar
pero que temes abrir.

Sus nombres desatarían
sentimientos en tornados.
Tormentas de verano,
pasajeras, sí, pero feroces.

Mejor ni nombrarlos,
si ya no están...

¡Es que los amo tanto!