EL PÉTALO
Toma un pétalo
terso,
perfumado.
Guárdalo cuidadosamente
entre dos hojas
de algún libro amado.
Guárdalo,
varios tiempos,
al pétalo
terso,
perfumado.
Búscalo una tarde,
al descuido.
Hallarás tu libro manchado
y al pétalo,
irreconocible,
arrugadito,
amarronado.
¿Y entonces?
Entonces
habrás comprobado
que perfumes
y tersuras
no perduran encerrados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario