el viento me trae
una gota.
La gota atraviesa la tela.
Se enreda en mi seda.
Caigo. Siempre
alcanzo un hilo,
que me rescata.
Me bebo la gota,
y le agradezco al viento
porque me refrescó
la boca.”
"Dios es amor" está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada tallo de la naciente hierba. Ellen G. White
MURIÓ MI MADRE
me estaban esperando para darme la noticia.
Murió mi madre,
la que me enseñó a leer, a escribir
y a coleccionar poemas.
El cascabel de las fiestas.
La que gustaba de hablar en italiano,
imitar a las judías y a las gallegas.
La que de dos pulóveres viejos
te inventaba una chaleca nueva.
La que se ponía puntillas en blusas y camisas.
La que me peinaba con trenzas.
La petisa hermosa y dicharachera,
La que nunca se olvidó un cumpleaños,
La que escribía cartas y fabricaba tarjetas.
La obsesiva del brillo y la limpieza.
La que conoció a Antonio y supo ser
su amante-esposa-enamorada eterna.
Contradictoria, posesiva, siempre alerta.
La que me recibía riendo entre sus brazos
cuando yo corría gritando “¡Teta, teta!”
No cesa el dolor.
Comienza la espera.
SUGERENCIA
Pon el plato,
Que esté colmado.
¿Con qué?...
Con lo que tenga tu mano,
sopa, consejos,
paciencia, tiempo
o garbanzos.
Tiende la mano.
Pon el plato.
Que esté colmado.
Ponle cariño,
oído y canto.
Ruegos, espera
y zapatos.
Pon en tu plato
confianza, respeto,
sueños, monedas
o abrazos.
Tiende la mano.
Pon el plato junto al camino.
A la vista del cansado.
Asegúrate… que esté colmado.
…¿Con qué?
¡Con lo que tengas a mano!
Después, vete,
simple, sereno
y cantando.
No mires hacia atrás.
No esperes nada a cambio.
Brillo de luna
La luna brillante,
silenciosa y sola.
Espera la flor,
la risa y el canto.
Espera, vanamente,
la suave caricia del viento,
el arrullo de la tórtola,
el fresco manantial,
el verde del árbol.
espera, silenciosa,
sola…
Y entre tanto espera,
se da brillando.
la sabiduría de la luna,
y en la orfandad total
de alegrías y cantos,
en nuestra oscura
y áspera soledad
de humanos,
resplandecer en las sombras,
reflejando al Santo.
RENACER
y el aire se arome,
te empalague,
repliégate en silencio.
Espera un momento propicio
y entonces,
lánzate a la vida
como si ya tuvieras
ganada la partida.
sabrás que el tiempo
está cercano,
a las puertas.
Te será por señal
prodigiosa
la plaza perfumada,
los pétalos menudos,
los brotecitos tiernos.
Cuando florezcan los tilos,
olvida asperezas invernales.
Habrá llegado el tiempo
de reverdecer.
y como buen mar que era tenía su pez,
su caracol y su arena,
su coral, su viento y su marea.
Y como mar, buen mar que era,
tenía pescador con red, su gaviota y su tormenta.
Se pasaba el tiempo haciendo espuma
y la noche contando estrellas.
Más no tenía ni pedía el mar,
alegre mar que era…
……………………………………………
Fue entonces que empezaron a lloverle
rostros helados y gestos en danza
de anunciar tragedias.
_Hermano, ¿qué extraña lluvia me mandas?
Hermano, ¿dónde te han herido, que desangras?
Si tienes lluvia, será de aquella nube que te pasa.
_Amiga, ¿qué granizo es éste de manos y de entrañas?
que soy nube de paso y nube de agua.
Luego, el mar escuchó desde la espuma.
Desde el coral y las algas.
Desde el fondo de sus cuevas y sus pulpos.
Desde su gaviota y su pez
la respuesta, en llanto, que buscaba:
_Padre Mar, son chilenos los que llueven chilenos a tus aguas.
*Escrito en Buenos Aires, el 5 de Octubre de 1973
Ayer le dieron el alta en el sanatorio donde estuvo internada la última semana. No pude traerla de vuelta a casa. Tuve que llevarla a una residencia para ancianos, para que le brinden los cuidados que necesita y no puedo darle.
Y aunque su médico asegura que es lo mejor,
mi corazón no se conforma.
Mi natural rebeldía multiplicada.
Herida en el orgullo, acomplejada de inútil,
repetí mil veces, sin cansarme:
se estremecerían los cimientos de la tierra.
Mi mente dice ambiente amoroso, atención de primera.
Mi corazón no se conforma.
Mi mente sabe, son hermanos en la fe.
Atención médica y enfermeras permanente.
Música, gimnasia adaptada y laborterapia.
Mi mente sabe. Mi corazón no se conforma.
Si pudieras oír los aullidos de mi alma,
se estremecerían los cimientos de la tierra.”
En los estragos que la edad causa en mi madre,
el dolor clava sus mil dientecitos de cristal y acero en mis carnes
al palpar los estragos y la decadencia de la raza.
Y clamo a las alturas:
¡Señor, regresa pronto y restaura!
“¡Cuando esto corrupto se vista de incorrupción,
y lo mortal se revista de inmortalidad!...
Todos seremos transformados…
No te entristezcas como aquellos que no tienen esperanza…
¡La venganza es mía dice el Señor!”
Se unen a su canto de alabanza:
“¡Sorbida es la muerte en victoria!
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón,
dónde, oh sepulcro, tu victoria?”
“Ya no habrá enfermedad, ni dolor, ni muerte.
Dios mismo enjugará tus lágrimas…”
“El cielo nuevo y la tierra nueva…ya llegan.”
y mi corazón haya consuelo en la esperanza!
¡Proclama el Señor sus promesas, y el universo tiembla!