EL PÁJARO
Regálate un pájaro.
Un pájaro en la tarde.
Pero no un pájaro con jaula y bebedero.
No un pájaro de esos que vienen con lechuga
y traen embasado su alimento.
Regálate un pájaro verdadero.
Un pájaro absoluto en el viento.
Puro canto entre las hojas.
Guárdalo en tu oído, y según sea tu día,
su canto será tu risa o tu lamento.
Entonces sabrás que la soledad
no es tan terrible,
si se tiene un pájaro en el recuerdo.