12/12/08

LA REPRESA

Se extingue como el ave,
como la flor, que ya nadie nombra.
Como el día de ayer.
Se extingue, lentamente,
como el agua cubre el valle.

Se extingue, desaparece,
el hombre de la tierra,
el sendero de su primer beso,
la casa de sus padres,
la tumba de su abuelo.

Solo entre las rocas,
gime, ya sin lágrimas.

Ve desaparecer el valle,
su rincón preferido,
su corral y sus plantas.
Y el agua, sólo el agua.

Sobre el árbol amigo,
agua.
Sobre el sendero de los besos,
agua
Sobre el corral y el sembrado,
agua... agua.

Bajo esa nube que se refleja,
la casa paternal...
Allá, más allá,
las tumbas ancestrales.

El pájaro sobrevuela,
inútilmente,
buscando a sus pichones.

El hombre de la tierra,
sobre las rocas altas,
sólo gime, ya sin lágrimas.
Gime, solo.

Bajo el agua, atrapado
para siempre,
quedó su corazón.

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