RELOJ DE PARED
¡Alto! ¡Regístrese para la posteridad!
“15 de noviembre del 92,
7 de la mañana.”
Fecha y hora del magnífico descubrimiento...
Hecho impresionante.
Después de ese momento
el universo no volvería a ser igual.
Sonaron las campanas.
Lo miré.
Vi brillar en la penumbra
su caja lustrada.
Seguí el balanceo de su luna...
-Pensar que fuiste de los abuelos,
y seguís andando...-
Lo imaginé a él,
trayéndote a la casa.
La alegría de los chicos
(¡la mami... los tíos!...)
al abrir el paquete.
Cuando ella te limpiaba, seguro,
brillabas más.
A través de las lágrimas
te veo tan, tan, tan hermoso.
Te envidié.
Te envidio...
Gozaste un privilegio que me fue negado,
las manos de Lucía y Salvador,
¡te acariciaron!
26/10/10
12/3/10
13/2/10
18/1/10
1/1/10
Mensaje
ni cómo.
Te escribo como el que tiene necesidad
de decirte algo,
pero que no termina de entender
para qué o si acaso te interesa.
En fin, te escribo porque tengo ganas
de poner sobre el papel las ideas,
y verlas luego, como de otro.
Sorprenderme, tal vez, con lo que lean mis ojos.
Encontrarme... ¡aquí estoy yo!...
y esconderme un poco.
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