Vuelven de la escuela. El amiguito, en bicicleta, ya dejó los útiles en casa. Come un pedazo de pan. Acompaña a los hermanitos. La nena se ve un poco mayor que el varoncito, todavía tienen puestos los guardapolvos y llevan las mochilas. Caminan hacia su casa, sin apuro, sin siquiera un poquitito así de apuro.
_ Yo, cuando era chiquito, desayunaba banana, almorzaba banana…merendaba banana ¡cenaba banana!... ¡Cómo me gustaba la banana!_ Dice deteniendo la bici unos metros más allá, esperando a los otros.
_ Pero un día conocí al ananá ¡y ahí descubrí que el ananá era más rico que la banana!
_ ¡Ah, sí!
_ Yo también lo descubrí.
Los tres se paran junto al cordón, tiene grandes descubrimientos para compartir.
_ ¿Te diste cuenta que uno a veces conoce algo y ahí descubre que es mejor que lo que sabía de antes?
_ Si, es cierto.
_ Yo también lo descubrí.
_ A mi también me gusta el ananá.
_ ¿Vos ya descubriste a la frutilla?
_ ¡Si!... La frutilla es muy rica también.
_ ¿A qué edad aprendiste a prender la radio solo?_ (La vocecita de ella, ¿le habrá sonado como un clarín en desafío?)
_ ¿Yo?...¡a los doce meses!
_ ¡Eh, andá, nene!... ¿Cómo vas a prender la radio solo, a los doce meses?
_ ¡Eras muy chiquitito!
_ Es que yo me subía a una sillita y así alcanzaba la radio que estaba en un mueble y le apretaba un botoncito que tenía y ¡listo!, la radio funcionaba sola.
_ ¡Ah, con razón!
_ Claro, vos lo que hacías era apretar un botoncito…
_ Este aprendió a los cuatro años.
_ … y a andar en bici, ¿cuándo aprendiste a andar en bici?
_ ¡Uf, de re-chica que sé! Yo ya aprendí muchas cosas, ¿y vos?
_ ¡Yo también!... y, en matemática, la verdad que no me puedo quejar.
2 comentarios:
Que bonito esto, de verdad que siempre nos regalas unas lecturas muy agradables
Creo que saber escuchar las conversaciones de los niños, nos enseña mucho.
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