4/8/06

LA CHARLA - (Niños de 8 a 10)

Vuelven de la escuela. El amiguito, en bicicleta, ya dejó los útiles en casa. Come un pedazo de pan. Acompaña a los hermanitos. La nena se ve un poco mayor que el varoncito, todavía tienen puestos los guardapolvos y llevan las mochilas. Caminan hacia su casa, sin apuro, sin siquiera un poquitito así de apuro.

_ Yo, cuando era chiquito, desayunaba banana, almorzaba banana…merendaba banana ¡cenaba banana!... ¡Cómo me gustaba la banana!_ Dice deteniendo la bici unos metros más allá, esperando a los otros.

_ Pero un día conocí al ananá ¡y ahí descubrí que el ananá era más rico que la banana!

_ ¡Ah, sí!

_ Yo también lo descubrí.

Los tres se paran junto al cordón, tiene grandes descubrimientos para compartir.

_ ¿Te diste cuenta que uno a veces conoce algo y ahí descubre que es mejor que lo que sabía de antes?

_ Si, es cierto.

_ Yo también lo descubrí.

_ A mi también me gusta el ananá.

_ ¿Vos ya descubriste a la frutilla?

_ ¡Si!... La frutilla es muy rica también.

Se arremolinan, se rodean mutuamente, siguen caminando, sin apuro.

_ ¿A qué edad aprendiste a prender la radio solo?_ (La vocecita de ella, ¿le habrá sonado como un clarín en desafío?)

_ ¿Yo?...¡a los doce meses!

_ ¡Eh, andá, nene!... ¿Cómo vas a prender la radio solo, a los doce meses?

_ ¡Eras muy chiquitito!

_ Es que yo me subía a una sillita y así alcanzaba la radio que estaba en un mueble y le apretaba un botoncito que tenía y ¡listo!, la radio funcionaba sola.

_ ¡Ah, con razón!

_ Claro, vos lo que hacías era apretar un botoncito…
En la curva de la esquina volvieron a arremolinarse, a entretenerse.

_ Este aprendió a los cuatro años.

_ … y a andar en bici, ¿cuándo aprendiste a andar en bici?

_ ¡Uf, de re-chica que sé! Yo ya aprendí muchas cosas, ¿y vos?

_ ¡Yo también!... y, en matemática, la verdad que no me puedo quejar.
Sus voces ya se confunden con el piar insistente de los gorriones y el arrullar de las torcazas. Cae la tarde y se van calle arriba charlando, confrontando, como si no hubiera nadie más, ni cosa alguna más importante sobre la tierra.

2 comentarios:

Lycette Scott dijo...

Que bonito esto, de verdad que siempre nos regalas unas lecturas muy agradables

Cristina Fornés dijo...

Creo que saber escuchar las conversaciones de los niños, nos enseña mucho.