PUNTO DE PARTIDA
sediento de amores
profundos, sinceros,
incondicionales y claros.
en tu básica
necesidad de consuelo,
fortaleza y abrazos.
arrogante y náufrago.
Admite que estás
cansado de correr
y huir escapando de ti mismo.
¡Admítelo, reconócelo!
Re-conoce lo ya conocido
y rechazado.
Comprueba, de una vez,
que las murallas del miedo
se destruyen diciendo:
“¡Te necesito, Dios!”
2 comentarios:
Entré a tu casa para agradecerte tus palabras y me he encontrado con una agradable sorpresa... la inspiración cuando es buena sale del fondo del corazón, de las vivencias, de la desesperación, del amor... un cuadro por si sólo no inspira si no ves en él reflejada tu vida...
Gracias por tu visita, yo tambien te quiero.
Leo.
Escribes como una profesora de castellano que tuve, me en canta tus textos tienes un manantial de sentimientos!!!
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