del coral y la gaviota,
la espuma, el pez,
la alta cima?
¿La flor del campo?
¿La cajita rota?
a las estrellas?
¿Recorrerá abismos
y derrotas?
¿Se pondrá
a mecer la cuna
o sostendrá
una cajita rota?
de palabras
para el que quiera
unir eternidades?
¿Cantaré con voz
entrecortada
el gozo de la dicha
bien hallada?
en la penumbra,
los ojos extasiados en la nada,
acariciando una cajita rota
que ya no sé para qué,
desde cuándo,
ni hasta dónde,
me mantendrá atada
a un quién sabe…?
8 comentarios:
Es la cajita rota más bella del mundo, es la envidia de todas las cajitas rotas, es mi envidia hecha cajita y además rota.
Bellísimo.
Saludos.
No sé exactamente qué deberías hacer, pero de lo que estoy segura es de que escribir así no puede ser malo. Me alegro de haberte encontrado.
Amiga... Hay un ejercicio de facilitación grupal que aplico en mis clases, cuando hay tiempo o el tema se presta. Se llama la caja mágica.
Se trata de regalarle a cada uno de mis alumnos, una caja de capacidad y poder infinto.
En ella caben todas las cosas, las materiales y las inmateriales, las actuales, las pasadas y las futuras, los sueños y las dudas, los miedos y las sonrisas, la gente que está y la que ya se fue, los que vendrán o queremos que vengan y los que nomás se curzaron un ratito en nuestra vida.
Cabe todo, desde lo simple a lo complejo, lo difícil y lo fácil, lo bueno y lo malo, las tristezas y los enojos, las alegrías y los llantos...
Allí, en esa caja mágica que además es exactamente como nosotros queremos, que tiene la forma, el tamaño, los colores, las texturas, los materiales, las cerraduras (o no) que nosotros queramos, cabe todo...
Así, después de esta explicación, cada uno va contando cómo es su propia caja, cómo se abre y quién puede abrirla y quién no, quién solamente puede asomarse un poquito adentro y quien puede compartir todo lo que hay dentro, o casi todo...
Y luego deciden compatir un poco, un algo, de lo que están viendo dentro, durante la sesión...
Algunos ven su pasado y otros su futuro, algunos ven a la persona que aman y otros a la que amaron o amarán, algunos ven coches, casas, viajes. Otros ven sentimientos, pensamientos, deseos y desdeseos (me acabo de inventar la palabra, que conste), otros simplemente no desean compartir lo que ven dentro de su caja, quizá porque duela o quizá porque es demasiado suyo...
Ya cuando terminan, les digo que poder dar, regalar estas cajas es un don que se adquiere cuando alguien nos ha regalado la propia. Es como una cadena de buena voluntad, con el único requisito de haber recibido antes una, por parte de alguien que a su vez, la recibió de otro y así...
Lo importante de todo se descubre al final. La caja mágica es tu corazón y la llave tu inteligencia para descubrir cómo abrirla a los demás, cuando tú quieras y a quién tú quieras...
Bueno... como ya es mucho rollo, nomás te digo que ahora mismo te regalo tu caja mágica... Y de paso a ToroSalvaje y a la Fábrica de sueños... que ya leerán este post...
Cuida tu caja, para que no sea jamás una caja rota... pero si por algún motivo llegara a lastimarse, recuerda que contiene en sí misma sus propias medicinas y vendas y milagros, para repararse... Busca y verás...
Un beso.
Torosalvaje: ¡Gracias... demasiado elogio para mi!...
Fábrica, también te agradezco, y bienvenida.
Blas: ¡precioso tu aporte! y ¡Gracias por tu caja mágica!
Habla de la cajita, pero no la ates...
que buena que esta la "cajita roja"
Felicitaciones
¡Gracias, Héctor, y bienvenido!
¡Cristina! Me encantó y te he puesto en mi Blog de poesía ahora mismo ¡con todos los honores! Si quieres verlo, el link es:
http://azulpoesia.blogspot.com
Espero que no volvamos a perdernos la pista la una a la otra
Besitos!
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